Te han hablado de libertad y les has creído. Te han vendido un concepto y tú se lo has comprado hipotecando tu vida. Pues déjame decirte algo. La libertad no existe. Es una quimera. Todos estamos encadenados a algo que, por un motivo u otro, nos impide ser verdaderamente libres. Piénsalo bien. ¿Realmente crees que puedes hacer todo lo que te propongas? ¿De verdad piensas que alcanzarás todas tus metas en esta vida? Para mí ya es tarde, pero ojalá pudiese yo también creerme libre. Siempre es mejor eso que saberse realmente prisionero.